Respecto a toda la temática abordada acerca del sexismo y de la violencia de género, vemos en primer lugar los prejuicios presentes, la desigualdad relativa al género… Vemos como ejemplos prácticos de actualidad algunos anuncios, en los que se muestra a la mujer con una condición de “objeto sexual”. También vemos algunos anuncios de juguetes, en los que se va determinando cuáles deben de ser los roles, según seas niño o niña; el caso de los juguetes destinados a las niñas es especialmente llamativo, ya que suelen ser “cocinitas”, juegos de limpieza, etc.
Respecto al “Modelo Hegemónico”, vemos cuál es el ideal de la persona de cara a la sociedad: Hombre, blanco, no discapacitado, heterosexual, etc. Es un prejuicio asociado al sexo, y en nuestra labor educativa debemos mostrar que no existe un “ideal”, que la diferencia y la diversidad son lo realmente normal.
Respecto a la desigualdad de género en el mundo laboral, vemos que es más común de lo que creemos, y sólo hay que verlo en determinadas estadísticas; en 2008, de 23.000 personas que dejaron el empleo para cuidar menores o discapacitados, solo 800 fueron hombres. En muchos casos ni siquiera se consideraría una desigualdad, pero por que la propia sociedad lleva aún implícita determinadas maneras de ver las cosas, maneras de ver las cosas que ya deberían haber quedado atrás. Además, en muchos casos, las mujeres directamente no son contratadas en determinados empleos por su condición de mujer, por no pagarles la baja por maternidad en caso de que fueran madres en un determinado momento.
También vemos las relaciones de poder que se crean; dominante y dominado, obligación… y la violencia física, psicológica, sexual y económica. La última es la más desconocida, pero también se da; consiste fundamentalmente en obligar a la mujer a renunciar a su trabajo.
Respecto a los factores de riesgo, debemos destacar si hubo antecedentes de violencia en su familia, edad, si hay consumo de drogas, si hubo embarazos tempranos, problemas de salud mental… como siempre, en nuestra intervención debemos atender a todos los factores que podamos abarcar, y no solo buscar los efectos, sino también las causas de la situación. Esto último será fundamental teniendo en cuenta que no solo trabajaremos con el/la maltratada, sino también con el maltratador (y los hijos, en caso de que los tuvieran).
Vemos también que hay recursos institucionales suficientes como para frenar las situaciones de maltrato; teléfono gratuito, bastante conocido por la sociedad en general, y servicio jurídico online, que es mucho menos conocido y debemos darlo a conocer; puede ser decisivo en muchas situaciones.
Como educadores sociales, debemos actuar en las necesidades emergentes, pero también es fundamental cambiar actitudes, informar, asesorar y, en definitiva, concienciar.